La crisis del Antiguo Régimen en España se produce en un contexto casi continuo de guerra (1793-1814), destacando la Guerra de la Independencia. La Revolución liberal comienza con las Cortes de Cádiz,iniciadas en 1810, y con la Constitución de 1812. La vuelta de Fernando VII a España (1814-1833), en el contexto internacional de la Restauración, supone un intento de volver al Antiguo Régimen. El reinado de Isabel II (1833-1868) se caracteriza por el enfrentamiento entre liberales y carlistas, por la intervención de los militares en el gobierno y por la exclusión del pueblo en el poder. El Sexenio Democrático (1868-1874) supone un intento de democratizar el sistema liberal español, pero fracasa por su gran inestabilidad. La Restauración (la vuelta de la monarquía borbónica, en 1874) trae a España un periodo de paz y prosperidad económica, pero se basa en el control social y electoral de una minoría de la población (“oligarquía y caciquismo”).
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La pérdida de las últimas colonias del imperio español en la guerra hispano-norteamericana de 1898 provoca una importante crisis moral en España, y un deseo de regeneración del país. La Revolución Industrial en España tiene un desarrollo lento y localizado en unas pocas zonas, aunque a fines de siglo se diversifica y se extiende a otras regiones del país. A pesar del crecimiento urbano e industrial, la base del país sigue siendo agraria y campesina. Aparece una nueva sociedad de clases, con predominio dela burguesía, pero aún se mantienen grupos típicos del Antiguo Régimen (aristocracia, artesanos, influencia social y educativa del clero).
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